Este año para el Star Student de Adrián se nos ocurrió llevar unos plantones de Roble que habíamos estado cuidando desde su semilla.
Uno de los jardineros que trabaja con mi esposo nos regaló una bolsa con miles de semillas; empezamos el semillero en vasitos reutilizados de foam, de cartón, en una bandeja de huevos y en una de siembra. Las semillas que sembramos, pegaron todas. Al ser un árbol de especie nativa, la semilla es bien fuerte. Arriba de la secadora y la lavadora tuvimos nuestro vivero por meses.
Cuando la semilla se rompe salen estas hojitas que les llaman falsas, ya luego sale otro par más de hojas que son las reales.

Ya cuando estuvieron más grandes y se acercó la fecha, los transplantamos a las bolsas negras, no llenamos toda la bolsa porque no iban a caber en los cubos e iban a quedar muy pesados para los niños.
El día antes, Adrián no estaba muy convencido de regalar los plantones que con tanto esfuerzo nos había ayudado a cultivar, pero ya cuando llegamos a la escuela, estuvo super dispuesto y colaborador.
Compré cubitos de playa con su palita, por suerte no hubo drama con los colores y se mantuvieron entretenidos.
También hice unas tarjetitas para colocar el nombre de cada niño detrás y mostrar el árbol ya grande.
Espero que alguno sobreviva y crezca en alguna finca o patio.
Adrián apenas llegó a la casa de los abuelos, no quería ni que el apá almorzara para sembrar su Roble. Luego de sembrado el plantón , se sentó cerca a esperar que creciera ajajaja.
Recolectar semillas de árboles nativos y cultivarlos es divertido y una buena actividad para compartir con nuestros hijos.
Saludos,
GB